Fin de semana muy completo

En otros sitios no sé cómo lo hacen, pero en Monzón, o no hay nada en varios fines de semana como que en uno, se juntan varios acontecimientos. Este ha sido uno de ellos: Arteria (la feria internacional de arte), el concurso de pintura rápida, el concurso de tapas de la ciudad y la comarca, y la I carrera de la mujer de Monzón.

Como pintura amateur, siempre he tenido la espinita de presentarme al concurso de pintura rápida, pero cada año que me decido a intentarlo, me surge algo: o clase de opos, o curro, o no estoy en Monzón. Y este año que podía participar, por fin me he atrevido. No tenía nada que hacer, porque vienen pintores de muchas ciudades, que son profesionales y que se dedican a ir de concurso en concurso, pero a mí me hacía ilusión presentarme una vez en la vida. Era un reto para mí el pensar qué pintar y materializarlo en una lámina de un tamaño más grande de lo que estoy habituada, y eso sólo en unas pocas horas. Terminar mi acuarela y verla expuesta con cuadros que casi parecen fotografías, ya ha sido suficiente premio. Me he quitado mi espinita y el resultado me ha gustado mucho. Un sábado en el que me tocó madrugar pero lo hice muy a gusto.

Por la tarde, dí mi vuelta de rigor a la feria, vi mi lámina expuesta y disfrute de cuadros que me dejaron con la boca abierta. A veces siento que no sé pintar viendo las cosas de las que son capaces otros. Me queda tanto por aprender...

Y el domingo tuve otra primera vez: participé en una carrera de la mujer. Tengo que decir que en principio fui más que nada por apoyar a la causa (la recaudación de fondos para la aecc) pero la carrera me ha aportado mucho más. 1006 mujeres vistiendo camiseta rosa y corriendo 4 km por Monzón. Servidora nunca ha corrido (salvo en el instituto, cuando no me quedaba otra) y tampoco me había entrenado para la ocasión (pensé en salir a correr alguna tarde, pero no pude) y la verdad, que estoy muy contenta con mi resultado. Un par de tramos los hice andando, pero al final, me motivé, saqué fuerzas de no sé dónde y crucé la meta a los 29 minutos y 48 segundos. No es una buena marca ni mucho menos, pero para mí es suficiente. Ahora sólo queda mejorarla en futuras ocasiones. Finalizada la carrera, aun quedaban ganas de más y asistimos a una masterclass de Zumba, aerobic, cardio-box y yoga. 

Cuando llegué a mi casa, no me iban las piernas, pero nadie podía quitarme la sonrisa de la cara.

Ha sido un fin de semana muy completo en el que apenas he dormido, pero estoy muy contenta. Días así merecen la pena.


¡Grita!

Mes de marzo malo. Piensas que abril será mejor. Intentas ser positiva, y tratas de dejar todo lo malo atrás para comenzar nuevo mes con una sonrisa. Pero hay días que todo se pone en tu contra y es imposible sonreír y buscar el lado bueno de las cosas. 

Sientes como se forma en tus entrañas un grumo de rabia e impotencia que sabes que no vas a poder controlar por mucho tiempo. Y que va creciendo. Cada vez es más grande, y notas que va ascendiendo, que quiere salir. Quiere escapar entre tus dientes. Y también sientes miedo porque sabes que lo vas a pagar con el que menos culpa tiene.

Y sólo quieres gritar, que por medio de la vibración de tus cuerdas vocales se escuche tu petición de ayuda sin palabras. Que ese grito diga todo lo que sientes porque no encuentras el modo de explicarte. Y vaciar toda esa rabia que te consume y se adueña de cada rincón de tu moral. Que ese grito también sea capaz de barrer las lágrimas que mojan tus mejillas. Y que cuando cierres tu boca, ya no sientas nada.

Pero por desgracia, ese grito tan solo te brinda unos segundos de paz.

Contrariedades de la vida 41

Yo antes me ponía el despertador para levantarme por las mañanas. Siempre ha sido así, hasta que empecé a viajar (de fin de semana) y me parecía un engorro llevarme el aparatito en la maleta. Así que opté por poner la alarma del móvil para despertarme (como hace la mayoría de la gente). 

Quizá sea un poco neurótica, pero mi miedo es que el móvil se apague en mitad de la noche, o que la alarma no suene (si, sé que eso mismo me lo puede hacer también el despertador). Y hoy se ha cumplido ese miedo. Mi querido móvil, se ha quedado sin batería esta noche (todavía no entiendo cómo, porque tenía suficiente cuando me metí en la cama) y esta mañana no ha sonado. 

Suerte que mi señora madre ha considerado a una hora prudente que ya era hora de levantarme, sino hoy no hubiera llegado a clase...

Empezamos bien la semana...

Contrariedades de la vida 40

La lluvia. No me gusta que llueva. Si no tengo que salir de casa, la tolero, porque como tenga que salir... qué mal lo llevo...
Esta mañana he empezado el día divinamente: el despertador ha sonado demasiado pronto (cualquier hora a la que el puñetero aparato suena es siempre demasiado pronto), mi padre estaba de dueño y señor del baño (cómo odio levantarme a la misma hora que él), salgo a la calle y lloviendo a todo llover. Pienso que el día va a ser interesante (por no decir otra cosa). Empiezo a andar y cuando voy a salir de mi plaza, me doy cuenta de que todo el pasaje está inundado de agua (la señora alcantarilla se ha colapsado nada empezar el día) y yo me meto en un charco de proporciones épicas para llegar al curro a la hora, eso sí, con los pies mojados. 

Maravilloso. Lluvia, sueño y pies calados. Perfecta combinación.
¿Cómo terminará el día de hoy? Por que no pinta nada bien...