Pequeños placeres del mes de junio

Pequeños placeres del mes de junio
Junio es un mes que siempre me ha gustado. Llegamos al ecuador del año, comienza a hacer calor (aunque ya se está pasando con la chicharra) y celebramos los cumples de casa. Y este mes todavía ha tenido más cosas molonas. 

Con mi cumple, mi madre se lo curró muchísimo, porque llegar de trabajar y encontrarte una señal de prohibido pasar en la puerta de tu cuarto, es raro. Y cuando por fin se me permitió entrar, encontrar tu cama cubierta de globos es una chulada. 29 globos con mensajitos, chuches y regalos en su interior es algo que no hace cualquiera, y yo que soy peor que una cría pequeña, disfruté muchísimo pinchándolos todos y recogiendo sorpresitas. 

Este mes de junio también me he quitado una de esas espinitas que tenía hace tiempo: he asistido a un curso de fotografía. Hace tiempo que tengo una cámara decente, pero soy de las que siempre tiro de modo automático. Ya se han hecho varios cursos de fotografía en mi pueblo, pero como soy gafe, siempre me ha coincidido con algo, hasta este mes que por fin he girado la ruedecita de mi reflex a modo manual y he empezado a trastear. Acabé con mucha información acumulada que este verano tengo que poner en práctica. Y tengo muchas ganas. 

Y por último, otro curso que también tenía curiosidad: un curso de automaquillaje al que me invitaron después de trabajar como pintacaras en una feria de un pueblo. A la mamá le gustó como pinté a su peque de tigre y como ella es asesora de belleza, me invitó a una clase. 

Además junio también ha sido un mes bonito y emotivo en el cole a pesar de las despedidas. No me puedo quejar. Veremos cómo sigue el verano.

Curso 2014/2015

Curso 2014/2015
Cuando empezó el curso, lo vi todo muy negro. No podía aspirar a ninguna plaza con inglés por una décima (ahora ya no volverá a pasar) y el tercio de jornada que tuve 2 años en mi querida Fraga, no me llegó. Creí que para días trabajaba.

Fue finales de octubre cuando empecé a trabajar. 3 meses en Huesca, en un cole maravilloso, con una compi fabulosa y unos niños y familias, geniales. Me fui de allí con verdadera pena y una semana después comenzaba en otro centro. Volví a mi cole de Fraga, no podía creer en mi buena suerte, y la baja que parecía que iba a ser de un mes, se ha convertido en una baja hasta final de curso. Admito que me costó habituarme a la clase, pero al final me ha dado una pena terrible despedirme de los peques, porque el pasado viernes fue el último día del curso con los niños. Me quedan 7 días de tutorías, reuniones, papeleo y recoger. Lo más aburrido, vaya, pero necesario.

Echando la vista atrás, lo que parecía muy negro, se ha convertido en un buen año escolar. Por fin me he enfrentado a un aula yo sola durante toda la jornada, he tenido sesiones de evaluación que no sabía por dónde sacarlas, he tratado de hacer unas buenas tutorías con los padres de mis niños y lo mejor es que he aprendido mogollón. Por fin siento que he empezado a crecer como profe, y me encanta ver que lo que hago en la clase tiene resultados.

Me llevo mil y un recuerdos y experiencias (buenos y malos, pero todos sirven para aprender) y también me llevo la certeza de que personitas que este curso se han cruzado en mi camino, van a seguir en él. 

Poco más de una semana. En breves vuelvo al blog :)