Nuevo reto

Nuevo reto
El lunes pasado salió el primer llamamiento para el siguiente curso. 
La cosa pintaba peor que mal: 221 plazas, de las cuales solo 92 eran obligatorias. El resto o bien era parciales (unas pocas) o eran con más de una especialidad (sobre todo con inglés). Deprimente, la verdad, y más con el puesto que yo tengo este año.

Tenía la baza de poner las plazas con inglés, pero en realidad es algo que no me atraía porque a mí me gusta estar de tutora. Hasta el último momento dudé: ¿pongo las plazas con inglés cercanas a casa a ver si hay suerte, o me espero a ver qué va saliendo y a saber cuándo trabajo? Y finalmente puse 8 plazas perfiladas con inglés que me resultaron atractivas. 

Y ayer, a las 11 de la mañana recibí un mensaje de una amiga: "Te vuelves a Fraga" y yo parada en mitad de una frutería, con el teléfono en la mano y gritándole a mi madre en mitad de la tienda. Estaba en shock, alegre por tener trabajo de curso completo y en un sitio que me encanta, pero también aterrada por lo que me viene encima. 

Este septiembre volveré al CEIP Miguel Servet, será la cuarta vez que esté allí, volveré a ver a los peques, volveré a estar con los compis y esta vez con un reto que me da algo de miedo (por no decir que mucho) pero si en algún momento tengo que lanzarme a la piscina, tiene que ser ahora. 


Este año toca ser profe de inglés.

Harta

Harta
Suerte que estoy segura de lo que quiero hacer con mi vida.
Suerte que tengo clarísimo que quiero ser maestra y dedicarme en cuerpo y alma a educar y enseñar a los más pequeños.
Porque hay días en que apetece mandarlo todo a la mierda, como hoy, y meterme en un supermercado para olvidarme de todo (y ojo, que me parece un trabajo muy digno, pero no es para mí).

No hacen más que putearnos cada dos por tres, especialmente a los interinos: las condiciones de trabajo cada vez son peores, nos quitan derechos y nos enfrentan unos a otros. Cada dos años (si todo va bien) tenemos que demostrar nuestra valía a un proceso de selección más que injusto y nada objetivo, y pobre de ti como no pases ese examen. Y cada cuatro años nos cuentan los méritos, si tienes suerte y no se dejan nada porque como tengas que reclamar vas listo. Vamos, que tienes que compaginar tu vida laboral y familiar, con estudiar (y ya no hablo de la vida social o las aficiones). Para que luego encima no te cuenten todo lo que haces.

¿Tengo que pegarme un año trabajando de malas maneras, asistiendo a clases de inglés y pagando un examen carísimo para que luego no me cuenten el título? ¿Dónde coño está mi perfil en inglés en la lista de interinos? Porque pensar que iba a mantener más o menos mi posición del año anterior, y ver que he descendido más de 100 puestos y que encima no me cuentan las titulaciones pertinentes... 

Estas cosas de verdad que cabrean, y es lo que digo, que menos mal que sé que ser maestra es lo que quiero, porque sino lo dejaba todo, que parece que es lo que buscan, que nos hartemos tanto que dejemos nuestros sueños para poder sobrevivir. Y yo me niego.